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"LA SOCIEDAD EXPERIMENTAL" - por LETICIA FEIPPE

LA SOCIEDAD EXPERIMENTAL
Introducción


Tras el éxito de su estudio sobre la comunidad Osbourne que, durante los siglos X y XI DC, habitó el Asia Meridional, la Universidad de Las Vegas, decidió embarcarse en un proyecto de índole sociológica, más ambicioso que aquel que, en el año 2001 DC mereciera el reconocimiento internacional. Se trataba de la creación de una sociedad experimental y surgió a raíz de un debate que tuvo lugar, según comentó una fuente que prefirió mantener el anonimato, en un boliche gay que hacía las veces de cenáculo para un grupo de académicos gustosos de la música electrónica.

Luego de una tormenta de ideas entre lacanianos y estructuralistas acérrimos acerca de las funciones del ser humano en la sociedad, surgió una duda generalizada acerca de las represiones. “A un compañero se le ocurrió decir que las represiones no existirían si hoy se inventara una sociedad desde cero”, declaró un docente de filología que participó de la reunión.

Según el profesor, la intervención de su colega determinó una serie de comentarios jocosos, donde afloró la convicción unánime de que era imposible obviar el bagaje cultural de los integrantes de una sociedad, por más nueva que esta fuera.

El que había lanzado la idea, subrayó que, si bien los antecedentes de un individuo no pueden ser obviados, se los puede minimizar, mediante procesos de selección tendientes a lograr una variedad tal de personalidades que impida que un background se imponga sobre el otro. A tales efectos, se publicó a través de distintos medios, una convocatoria abierta, que los canales de televisión difundieron como “el casting”.

Al casting se presentaron 1526 personas. El único requerimiento era tener 17 años de edad. El Departamento de Estudios Comportamentales de la Universidad había llegado a la conclusión de que es, a esa edad, el último momento en que la persona puede conformar una personalidad genuina, la cual puede diferir de aquella que, con mucho esfuerzo, moldearon su familia, su escuela y su gobierno1.

Finalizada esta instancia, se confeccionó una lista con los 99 participantes elegidos, la cual se entregó al Rula’s Bank quien, como donación para el proyecto, creó una caja de ahorros con 2000 dólares para cada participante. Cabe señalar que una de las disposiciones era que, a dichas personas, se les cambiaría definitivamente el nombre, lo cual resultó tentador para prófugos de distintas nacionalidades. Sin embargo, esta situación se decantó cuando, los preseleccionados fueron informados que, si bien serían borrados sus antecedentes, también lo serían sus bienes.

El hecho de que hubiera prófugos de 17 años hizo dudar a la Universidad acerca de la veracidad de la documentación presentada por los candidatos y el tema fue derivado al Departamento de Criminología, siendo elegido como tema de tesis por un alumno del posgrado en Falsificación de Documentos.

Para la creación de la sociedad experimental, se obtuvo un terreno en Belice, cedido por el gobierno de este país, a cambio del pago del 30% de las utilidades que generaría la difusión de los resultados del proyecto, lo que la organización se comprometía a pagar en 12 cuotas iguales y consecutivas a partir de la primera televisación. A este terreno fueron trasladados en un avión de Osbourne Airlines, los 99 participantes seleccionados. A cada uno se le permitió llevar, además de los 2000 dólares en efectivo, dos valijas, conteniendo lo que los mismos estimaran pertinente.

Al llegar, los encargados del proyecto hicieron su primera anotación relacionada con la cara de asombro de los voluntarios. Como primera hipótesis anotaron: “el encuentro de una persona con lo inesperado influye de manera determinante en la conformación de su personalidad”. Lo inesperado era, en este caso, la situación de encuentro entre personas que no se conocían, que hablaban 33 idiomas distintos y que debían poblar un terreno literalmente baldío.

El mismo avión que llegó al lugar, llevó a los académicos de regreso a Las Vegas. De ahí en más, solo podrían viajar a Belice en caso de extrema necesidad, decisión que debía tomarse en una asamblea y que debía contar con la aprobación de los tres quintos de la totalidad de los habilitados para expedirse en la misma.

Capítulo 1: El problema del lenguaje

En la primera transmisión, tanto realizadores como televidentes, vieron confirmada su primera suposición: comunicarse no iba a ser fácil. Luego de pasar media hora reunidos en un círculo, quienes hablaban el mismo idioma, fueron juntándose en 33 grupos de a tres, luego de que un a un galés se le ocurriera gritar “do anybody speak English?” El mismo galés, que fue percibido como un potencial líder por parte de la teleaudiencia, dio un segundo paso. Acercándose a cada grupo, se golpeó el pecho repitiendo “Me Scot, Me Scot”. Miscot pasó a ser su nombre desde entonces.

A diferencia de lo que ocurre en los reality shows, en este emprendimiento científico, ninguno de los voluntarios estaba habilitado a abandonar el lugar. Sabiendo esto, Miscot, intentó enseñar el inglés al resto de los miembros del grupo, tarea que resultó infructuosa. Sin embargo, pocas semanas después -el proyecto duraría un año-, lograrían construir un dialecto común2. Esto originó un problema para los investigadores de Las Vegas, que fueron incluidos en el Clearing de Informes por las autoridades de Belice, pues, al no entender el idioma, los televidentes y los sponsors abandonaron la serie. No obstante, la investigación prosiguió gracias a que la universidad poseía acciones de Chem Weapons y las mismas cotizaron al alza.

Capítulo 2: Las relaciones interpersonales

La rapidez con la cual surgió el nuevo lenguaje potenció las relaciones interpersonales ya existentes. Los académicos anotaron lo siguiente: “Los individuos de 17 años pueden bailar con personas que no hablen su mismo idioma”. Para el momento en que surgió el dialecto, ya se habían formado y destruido varias parejas. Incluso, hubo una alerta de embarazo que hizo que los estudiosos convocaran una asamblea, la cual terminó sin resolución por falta de quorum. Afortunadamente, fue un simple susto.

Como sucede en toda comunidad, también hubo crisis. La principal ocurrió cuando dos norteamericanas se sintieron ofendidas en su amor propio, al ver que los holandeses las preferían morenas. El conflicto fue solucionado por Cuautemoc, un senegalés -sí, senegalés- que se apiadó de su desdicha.

Capítulo 3: Economía y Finanzas

La ausencia de víveres dio lugar a una perfecta organización en procura de los mismos. La fábrica de azúcar, el molino harinero, la destilería y el frigorífico eran administrados con gran destreza por los participantes. Al ver estos progresos, los dos académicos que quedaban al frente del proyecto -al principio eran 20- anotaron: “Los individuos de 17 años solo se comportan de forma estúpida cuando viven en una sociedad que no fue creada por ellos”.

Cada habitante de la sociedad experimental tenía su cuota diaria de comida y alcohol. La jornada laboral era de tres horas diarias y se fundó un banco donde cada uno, depositaba, por mes y obligatoriamente, el uno por ciento de su alimento para así poder celebrar un gran banquete antes de la partida.

Capítulo 4: Arte, ciencia y tecnología

Dentro de las artes plásticas desarrolladas por comunidad, debe destacarse el trabajo del comic que alcanzó niveles extraordinarios, debido a que quienes participaban de esta actividad tenían tiempo de sobra para hacer y deshacer. También tuvo su éxito el arte de la lutiería, lo cual constituiría, tiempo después, el principal rubro de exportación de este terreno baldío.

La ciencia y la tecnología, en cambio, no lograron este desarrollo. Al no existir problemas de salud ni ambición por conquistar el mundo, el grupo se contentó con un bote, un set de cuchillos tipo Ginsu y un rudimentario botiquín.

En cierta ocasión, se produjo un debate acerca de si debían o no desarmar las cámaras que había instaladas en las copas de los árboles. Pero, como nadie pudo imaginarse para qué podían servir, la moción, planteada originalmente por el representante de Paraguay, fue desestimada.

Capítulo 5: Final de la investigación

La investigación acerca de la sociedad experimental, solo arrojó conclusiones parciales. Al cumplirse un año desde el día en que el grupo arribó a Belice, solo quedaba un investigador trabajando en el proyecto. El otro se había retirado para dedicarse a la meditación trascendental. Cuando las autoridades de la Universidad de Las Vegas, solicitaron el informe final al investigador restante, él dijo que no se le ocurría otra cosa que ir a buscar a los 99 participantes. Adujo que, como ingeniero, solo había podido detectar en el grupo un pésimo interés por el desarrollo tecnológico. Agregó que, si la universidad no lo tomaba a mal, él prefería seguir intentando mejorar un sistema antiheladas que había inventado un tal Guarga que trabajaba en Paraguay o Kuwait, no lo recordaba exactamente.

Cuando el avión de la United States Air Force llegó a Belice, el ingeniero -a quien le habían encomendado esta última tarea- comunicó a los habitantes de la sociedad experimental que su suplicio había terminado. Amablemente, Miscot y las dos norteamericanas, ahora felizmente casadas -una con aquel senegalés, otra con una italiana-, condujeron al ingeniero hacia un banco de la plaza principal. Allí, retomando el inglés que habían abandonado hacía un tiempo, le informaron que no tenían intenciones de irse, que el gobierno de Belice les había cedido el predio.

Desde el avión, minutos antes de que se cayera al mar, el ingeniero transmitió el mensaje al rectorado de Las Vegas. Afortunadamente -para los habitantes de la sociedad experimental-, el ingeniero no murió. Fue rescatado por un pescador jamaiquino, a quien el ingeniero entregó 198.000 dólares. La resolución que habían tomado los nuevos colonos de Belice era entregar ese dinero al ingeniero para que él lo traspasara al primer ser humano con el que se encontrara, apenas descendiera del avión. La única condición era que ese ser humano debía tener 17 años y un ingreso anual inferior a los 10.000 dólares. Y el jamaiquino reunía ambas condiciones. Al menos, eso dijo el ingeniero que él dijo.

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